LA CAZA
La cetrería, las cacerías y otros juegos ecuestres desempeñaban un destacado papel dentro de las actividades de la corte en materia de entretenimiento y deporte, y de ellas disfrutaban tanto hombres como mujeres. Las habilidades cinegéticas de un gobernante se veían acrecentadas por un sinfín de rastreadores, que localizaban a la presa; batidores, que la conducían hacia él; y lacayos, que recogían y transportaban las presas capturadas. Colaboraban en la caza toda una variedad de animales adiestrados: los gamos, que atraían a otros hacia los cazadores; y los halcones y guepardos, que perseguían a sus presas. Para aumentar su concentración, a estos animales se les vendaban los ojos hasta que eran necesarios. Las cacerías reales reafirmaban la capacidad del rey para mantener a raya las fuerzas de la naturaleza. Además de servir como entrenamiento para las campañas militares, estas actividades también proporcionaban una plataforma mediante la cual el mandatario podía ratificar su poder y autoridad ante rivales y súbditos por igual.